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Morir en una percha

Lo peor para un escritor es saber que sus libros no se venden, que han llegado a ese lugar privilegiado para pocos (librerías, porque no todo lo que se publica en el país llega hasta allá) y que han transcurrido muchos meses y nadie se interesó por ellos.

Estos libros, cuando la librería ya no los tenga en exhibición, porque definitivamente el lector no tiene interés en ellos, regresarán al autor (o a la editorial) de dos formas: 1, impecables: porque nadie ni siquiera los revisó; 2, maltratados: arrugados, manchados, con páginas dobladas.

Pero ¿qué hace que un libro no se venda y pase desapercibido en una librería? Varios factores, pero el más común es la escasa o nula publicidad que haya respecto al mismo, lo que lo vuelve desconocido para el lector.

Es cierto que también hay libros malos que se venden bien porque cuentan con una excelente promoción. No quiere decir que todos estos libros que mueren en librerías sean todos de calidad.

Sin embargo, un escritor que se precie de serlo continuará escribiendo e intentando publicar su obra, sobre todo si está va ganando en lectores, lo que no siempre las encontrará rondando las perchas de librerías.

Alexis Cuzme

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